viernes, 28 de mayo de 2021

La bruja del bosque


               La bruja del bosque.


Érase una vez, yo, la bruja más mala y astuta de todo el bosque de Colombia. Estaba construyendo una casa bonita y pequeña. Empecé construyendo las paredes con chocolate blanco y el tejado con negro. Ya me faltaba poco para terminar mi preciosa casa, cuando vi un pequeño pueblo a más de 1000 metros de mi casa, me pregunté:



¿Habrá niños deliciosos y jugosos para mi barriguita!?


Después vi una casa alejada del pueblo, y fui a husmear la casa de esa familia. Cuando estaba llegando vi una niña y un niño y dije:



¡Estos niños me sirven demasiado, el niño lo aliméntare para un asado, mientras que a la niña la pondré a que me ayude en la casa!



Cuando me di cuenta de que la madre y su padre no tenían recursos para alimentar a los niños, escuche que quieren abandonarlos en el bosque a los dos niños y dije:



¡Parece que estoy de suerte, la madre me hizo un gran favor al querer abandonar a los niños apetitosos!


A la mañana siguiente después de escuchar la mala acción de la madre, me tuve que echar un hechizo para convertirme en una gran águila con la vista mejorada para poder vigilarlos mejor. La primera noche vi al niño tranquilo porque había dejado un rastro, y lo siguió hasta estar en su casa de nuevo. A la mañana siguiente de nuevo la mala madre los abandonó, pero me di cuenta de que el niño no tenía las piedras, estaba tirando pan, y a lo lejos vi una manada de pájaros. Como yo tenía el hechizo de la anguila y me podía comunicar, les dije:



Pajaritos bonitos, ¿me podéis hacer un favor grande y fácil? ¿Podéis comeros esa fila de pan que hay en el camino?


Los pajaritos me respondieron alegres:



¡Com mucho gusto señora, me favorece mucho por que vengo a hibernar al bosque¡



!Me alegro que disfruten¡ -Les dije mientras me alejaba.


Cuando a la mañana escuche a los niños susurrar:



¿Qué deliciosa se ve esa casita? -Escuche que le dijo Franklin a su hermana Carolina.


Después me asomé a la ventana y les dije que entraran a la casa que les iba dar una tarta y pequeñas golosinas porque los vi hambrientos.


Los niños entraron, y me dijeron. !Como puedo agradecérselo señora, si quiere le puedo ayudar en algo de la casa¡ Yo que vi la oportunidad les dije:



Niño, tu puedes limpiarme la jaula que está en la esquina, y tu niña puedes ayudarme en un asado. Cuando me di prisa a cerrar la puerta de la jaula, la niña me hizo una zancadilla y pegué mi cabeza en la mesa y me desmayé. Cuando desperté ya los niños estaban en el bosque.


Y volvieron con su padre y yo me quedé con hambre.



Fin


Ronald Montano

No hay comentarios:

Publicar un comentario