jueves, 8 de diciembre de 2022

Muerte por suerte

Muerte por suerte

Era una noche fría, oscura y solitaria. Pablo, un taxista que estaba cansado y con ganas de ya irse a su casa, terminaba su turno de noche. Solamente le quedaban unas horas para finalizar su trabajo. A unas cuadras le paró una mujer alta de pelo negro como el carbón, piel lisa y blanca como la nieve y  con un vestido largo y  blanco muy elegante.


-¿A dónde le llevo señorita? -preguntó el taxista.


La joven le dio una dirección, puso el contador y comenzó a conducir. El transcurso del viaje era muy silencioso, así que el hombre intentó sacar conversación. El taxista era muy amable y trabajador, le gustaba mucho ayudar a la gente aunque él no tuviera muchos recursos. Le preguntó qué hacía sola a tales horas de la noche, que ya era muy tarde y le podía pasar algo. La chica se quedó callada y no respondió, bajó la mirada y siguió a lo suyo. El señor creyó que la había  incomodado y puso la radio para evitar tanto silencio. La joven empezó a murmurar, el conductor desconcertado le preguntó:


-Disculpe señorita ¿está diciendo algo?

-No -respondió fríamente la muchacha.

-¿Vamos bien por esta ruta? -preguntó el conductor.

-Sí.


A Pablo ya le está empezando a asustar la situación. Cuando ya  estaban  cerca, le volvió a preguntar si la dirección estaba bien, se dio la vuelta y no vio a nadie. La chica desapareció en la nada dejando solo al taxista…


Asustado, decidió irse a su casa a descansar porque creía que conducir tanto sin descansar ya le estaba afectando. 


A la mañana siguiente se fue a su trabajo y les contó a sus compañeros lo que vio:

-Era una chica muy joven pero daba miedo y de repente desapareció.

-Claro y los cerdos también vuelan -dijo en forma de burla uno de sus compañeros.

-Necesitas unas vacaciones, trabajas mucho y eso se ve que te afecta -dijo otro compañero riendo.

Cada uno se fue y cogió su taxi.


Días más tarde, Pablo, terminó su turno de trabajo a las 20:00 y volvió a su casa. Su mujer estaba viendo las noticias y le llamó asustada:

-¡Ven, corre, mira esto!

“Hallan, en una casa de campo, el cadáver de una joven. El cuerpo presenta indicios de que la chica pudo haber sido asesinada. Les advertimos de la dureza de las imágenes que van a ver en este momento…”



Pablo se quedó lívido. Le contó a su mujer lo que le había pasado aquel día e insistió en que no tenía ninguna duda de que esa era la chica que había subido a su taxi aquella noche. 

A la semana siguiente, un taxista apareció muerto. A los pocos días se halló el cadáver de otro taxista y, otro más, días más tarde. Los cuerpos de todos los taxistas aparentaban que habían sufrido una muerte similar a la de la chica.


En las noticias se decía que la policía no conseguía encontrar explicación a esa ola de crímenes. Después de darle muchas vueltas, Pablo llegó a la conclusión de que era el espectro de la chica quien intentaba vengarse de algunos taxistas asesinándolos de una forma similar. Continuamente se preguntaba si, tal vez, él sólo se habría librado de la muerte por suerte. Pensó en ir a declarar lo que le había sucedido, pero no lo hizo. ¿Cómo iban a creer que había llevado en su taxi a un fantasma?



Afaf Azani Jaouad (2º PMAR)





(Dibujos de la autora)


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