miércoles, 9 de febrero de 2022

HISTORIAS DE LA VILLAVESA


 

HISTORIAS DE LA VILLAVESA



   La villavesa

 



    Estaba en la parada de la villa, esperando a que viniese, ya que acababa de salir del instituto. Como siempre, me senté atrás del todo y me quité los cascos para escuchar música. Estaba viendo las calles distraído cuando me giré y ví a chavales de unos 14 o 15 años molestando a un niño , uno de ellos habló:
-Eh tú enano -dijo uno de ellos riéndose. El niño, con miedo, le contestó:
-¡Qué queréis , dejadme en paz! Uno de ese grupo dijo:
-Cállate , tu hermano es igual de cagón que tú. Le dió una colleja al niño.
(Como le hagan algo más al niño me levanto.) -pensé.
-¡No insultes a mi hermano! -dijo el niño sobándose la nuca.
-Insulto si me da la gana, niñato. Ví como ese tío empujó al niño e hizo que se cayera al suelo. Yo reaccioné y fuí donde esos chavales.
-¿Qué os pasa tíos? ¿No véis que es un niño? -les dije y procedí a levantar al niño del suelo y uno de ellos dijo:
-Tú qué te metes, idiota. Al oír aquél comentario lo empujé y le dije:
-Mira tío si no quieres problemas en la siguiente parada bájate de aquí.
-Uy qué miedo ¿eh?-respondió y los demás chavales se rieron.
-¿Os da gracia imbéciles? -dije enfrentándolos.
-¿Qué pasa? ¿Quieres pelea o qué idiota?-dijo el que empujó al niño.
-Uy… no creo que se atreva este-dijo uno de sus amigos.
-Yo al escuchar eso lo empujé con fuerza y lo hice caer al suelo. Sus amigos se quedaron alucinando al ver lo que acababa de hacer.
-¿¡Qué haces tío!? -dijo intentando levantarse del suelo.
-Cállate porque va a ser peor como abras otra vez la boca.
    Uno de sus amigos dijo:
  • -Tú, que estábamos de broma. Él levantó a su amigo y habló:
    -Que estábamos jugando, tío, tampoco te pases. -Me miró con miedo.
    -Os calláis todos y os bajáis pero ya.
    Ellos, en la siguiente parada, se bajaron y le dije al niño:
    -Hey chavalín , no dejes que te vuelvan a molestar.
    espués de decir eso el niño me dijo:
    -¡Gracias amigo!
    Luego, me bajé de la villa para ir a mi casa.

Jhon Zambrana

 

                    







   EL ACOSADOR EN LA VILLA



    Ahí estaba yo , un verano en Julio muriendome de calor , esperando a que viniese la villa ya que había quedado con unos amigos para ir a la piscina. Estaba abanicándome cuando vi a lo lejos que ya venía la villa , así que me levanté para montarme en ella. Cuando subí me senté atrás del todo , no me gustaba sentarme al lado de gente por el simple hecho del coronavirus. Vi a un señor viejito que se subió a la villa , se puso enfrente de una jóven aunque había más sitios donde sentarse , me pareció extraño pero no le dí importancia. Estaba centrada en la carretera cuando me giré y ví que el viejo verde le tocó a la chica la pierna con el bastón , la jóven no sabía cómo reaccionar. Ella llevaba una mochila así que accedió a ponérsela en los muslos ya que llevaba unos pantalones cortos y le incomodó mucho que el viejo hiciera eso. Yo estuve pendiente de si el viejo hacía algo más grave para enfrentarme con ello. Ví como volvió a tocar su pierna con el bastón y ella dijo en tono elevado:

¡Puede dejarme en paz por favor!-

Yo estaba mirando la situación un poco sorprendida ya que el viejo solo la ignoró y miró hacia la ventana. Pasaron unos segundos y el viejo puso su mano en el muslo de la jóven y dijo:

-Estas muchachas de hoy en día os cuidáis muy bien, ¿eh?.- La chica al escuchar eso se asustó mucho y empezó a llorar , al verla así fuí donde estaba ella y aquél señor y dije:

-Señor tenga un poco de respeto a las chicas jóvenes , métase con una de su edad.- Le di una patada al bastón de él y dijo:

-¡Qué te metes tú asquerosa!- Al oír aquél comentario yo dije:

-Lo primero, asqueroso ¡USTED! que no sabe respetar , segundo cállese y váyase por favor.- El se levantó y dijo:

-Que delicadas que sois las niñatas.- Lo que dijo me dió mucha rabia y le contesté:

-¡ERES UN IMBÉCIL VIEJO ASQUEROSO!- Los del autobús empezaron abuchear cosas como: ¡Tenga un poco de respeto!


-¡A las niñas no se les hace eso!

-¡Váyase de aquí!

-Bájese señor!

    Él al recibir esos comentarios se bajó de la villa porque el chofer lo despachó de ella. Después de eso le pregunté a la chica:

-¿Te sientes bien?- Ella me contestó:

-Sí, sí, muchas gracias, de verdad.

-No hay de qué , estas situaciones ya deben parar. - Ella me dió de nuevo las gracias y yo me bajé de la villa orgullosa de haber actuado en esa situación.



Samara Paz




 


Accidente de la 19


   Era una mañana fría y oscura, me estaba preparando para hacer mi ruta preferida. Cuando ya estaba al volante para salir, empezó una lluvia eléctrica que daba miedo. Al llegar a la primera parada, la villavesa hizo un sonido fuerte y raro, pero no le presté atención. Después de diez minutos de trayecto, llegué a la parada de Carlos lll. Como era una recta, me puse a 60 km por hora. Al parecer, el sonido de antes era de los frenos, no pude parar a tiempo y arrollé a un coche blanco y pequeño. Al cabo de dos días, me desperté del coma y le grité a la enfermera:

-¡Ayuda! ¿Dónde estoy?
-No se preocupe está a salvo -respondió.
Y rápidamente le pregunté:
-¿Qué me ha pasado? ¿Por qué estoy en el hospital?
Me respondió muy rápido:
-Usted se encuentra aquí por un accidente que tuvo en su trabajo, chocó con un coche y quedó muy herido. En cuanto a los pasajeros, murieron siete y sobrevivieron catorce.
Me disculpé mil veces pero no sirvió para nada porque me cayeron diez años de prisión por irresponsable con mi trabajo y por los homicidios.




Ronal Montano







 Secuestro en la 7 


Era un día normal como cualquiera, yo estaba volviendo en la 7 después de haber quedado con unos amigos. Me suelo poner siempre adelante para no tener que ir acompañada de alguien, a mí casi nunca me gustó ir en la 7 ya que había rumores de que te podía pasar algo. Yo iba tranquila, mientras estaba mirando por la ventana esperando a que llegue a mi parada. 

Siempre en esa villa se montaba gente que no me gustaba pero no le daba tanta importancia. También a veces el conductor era el que no me daba buena pinta y ese día el conductor era extraño, se comportaba de forma rara. De por sí el trayecto hasta mi parada no es bastante largo pero si pasamos por zonas que están vacías, casi no pasa gente y de un momento a otro se apagaron las luces del autobús. Vi que se estaba yendo por otra ruta, me asuste bastante como todos los pasajeros pero casi que no había gente entonces parecía de fuera como si hubiera acabado el turno. Hubo un señor que dijo: 

  • ¡Cállense todos, ni se les ocurra hablar o llamar a alguien si no lo vais a pasar muy mal!

En ese momento entre en pánico ya que no sabía qué hacer y tampoco veía nada, entonces paró el autobús. Nos dijeron: 

  • Bájense del autobús de uno a uno, como alguien empiece a gritar le mataremos.

Pensé que me iba pasar algo malo y uno de ellos me miró detenidamente ya que había más gente cuando nos bajamos, estaban esperándonos. Un chico me dijo: 


  • Aparte del trabajo que vamos a daros, tú vas a hacer uno extra. Ya te lo diremos más adelante.  

Yo no pude decir nada ya que me quede en blanco. Entramos a un sitio bastante grande como una fábrica y ahí nos informaron del trabajo que íbamos a hacer, que era falsificar dinero. Al día siguiente me llamaron y el señor me dijo: 


  • Necesito que vayas tú, para ir a intercambiar un dinero que nos deben y te van acompañar unos señores. 

Le dije: 

  • ¿Es necesario que vaya yo? - él me dijo: 

  • Sí porque eres la menor de aquí y así me dan el dinero que me deben ya de una vez.

Me quedé callada y no dije nada, fui con esos señores en un coche y yo tuve que ir con otros dos escoltas. Me miraron y me dieron el dinero, justo en el momento que nos estábamos yendo, empezaron a disparar por atrás. Por suerte a mí no me dio y yo empecé a correr, salieron unos del coche para defenderme y tuve el valor de escaparme con el dinero( pero como era falso, acabé convirtiéndome en una delincuente).    










 ¡Qué susto en el autobús!


Casi siempre que viajo en villavesa me acuerdo de esto:

Todavía vivíamos en Bulgaria. Mi madre y yo teníamos prisa y decidimos tomar el autobús. Era invierno y hacía mucho frío. Yo llevaba un chaquetón de color azul. Estuvimos esperando como diez  o quince minutos y por fin llegó el autobús. Como había mucha gente, corrí a sentarme en el asiento más cercano, que estaba al lado de la puerta y cerca del conductor. Mi madre se sentó en el asiento al final del autobús. Después de sentarme, me dijo: 

-¡Acércate a mí! 

Yo le dije: 

-No quiero, estoy bien aquí.

Y me quedé en el asiento al lado de la puerta. Al cerrarse  la puerta, se enganchó mi chaquetón. Me asusté mucho y comencé a gritar: 

-¡Mamá, mamá la puerta ha pillado mi ropa!

Todos me miraban y me daba vergüenza. Comencé a intentar sacar la ropa y escuché a mi madre gritarme: 

-¡Genadi, cálmate, cálmate!

Y yo le dije : 

-¿Cómo quieres que me calme?

Cuando mi madre llegó yo ya había sacado el chaquetón y ya los dos estuvimos tranquilos.


Genadi Dorov











Esperando ya a los relatos del curso que viene...







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