sábado, 20 de mayo de 2023

 




EL DIARIO DE LA BRUJA


En un bosque, en la época de la Edad Media, yo vivía en una choza vieja muy bien decorada y arreglada pero vieja. Los de la realeza, plebeyos, nobles, monjes y todos esos ignorantes me llamaban bruja, hija del demonio, bastarda y muchos más   insultos después de que les dijera demasiadas veces que me llamó Glinda soy escocesa, vengo de un pueblo anglo y no soy una bruja, soy una hechicera. Como iba diciendo, ellos son unos ignorantes.


Decían que yo estaba loca, que comía humanos y ratas, que ligaba con los hombres para luego matarlos y comerlos, y que yo tenía un monstruo feo y grande. Ese monstruo se llama Felix, mi gato de ojos verdes, pelaje negro con manchas blancas, es superadorable, nada que ver con un monstruo y, para feos, ellos: menudas pintas tienen con esas barbas largas y sucias, sus armaduras duras, con esos vestidos feos, voluminosos, que tienen las mujeres de palacio.


  No saben de moda, tendrían que aprender de mí con mi hermoso pelo pelirrojo y largo, mis sencillos vestidos de color oscuros, mis corsets preciosos, no esas cosas horrendas que se ponían ellas, de mis ojos marrones que brillan como la luna llena. Esos si que son buenos gustos. Hace poco me llegó una carta de la realeza, la carta decía.



Carta de Sancho III El Mayor, Rey de Navarra.”


“os escribimos esta carta para comunicaros que necesitamos vuestra ayuda para derrotar al imperio de Al-Andalus y recuperar los pueblos perdidos Jaén, Sevilla, Córdoba y Murcia. Lucharemos con el pueblo Portugues , Aragonés,  y Castellano, Fernando III estará al mando de todo. Cualquier cosa que necesite se la pedirá a él, tendrá que acudir a palacio el día de mañana antes del atardecer. 

No es una propuesta es una obligación si no acudes al palacio iremos a por vos…


Un Saludo de la realeza”


No podía dejar que viniesen al bosque encantado y aunque me dio mucha pereza ir, era mi deber por el bienestar del bosque y sus criaturas. Así que a la mañana siguiente cogí mi caballo y asistí a palacio con mala gana pero acudí, más les vale darme una buena recompensa porque si no ya pueden irse haciendo un hechizo de protección porque les pienso saltar la de dios. 


Al llegar al pueblo todos estaban poniendo me el ojo encima, la gente que nunca me había visto murmuraba y otros me miraban con curiosidad y, los que ya me conocían, con enfado, miedo o disgustados. Al entrar en el palacio ví un montón de guardas -por dios, ni que fuese una asesina. Me recibió el rey, la reina, su hijo mayor el futuro heredero al trono y su hijo menor otro del montón que nunca llegó al trono por ser el menor. 


La reina me miró con desagrado ¿A que estaba esperando que les hiciera una relevancia?.


-¿Qué falta de respeto es esa? Debes mostrar respeto a tus superiores- dijo la reina con un tono subido.

No me quedó  otra que hacerlo, sinceramente en ese momento sentí que perdí la dignidad.

-Buenos días sus altezas -dije haciendo la reverencia.¿Me piden ayuda sus majestades y así me reciben?¿ Ni un vinito ni nada de comida?- Dije con burla 

-¡Déjate de tonterías, es tu deber hacer caso a tu rey!- Me gritó la reina 

-Si claro yo solo espero una buena recompensa y la quiero con anticipación, no trabajo gratis.

-Tendrás tu recompensa  pero antes nos vas a ayudar, irás con la doncella, ella te mostrará donde te quedaras hasta el día de la batalla, tendrás servicio de comida y bebida en el palacio hasta que te vayas y tengas tu recompensa y tu reconocimiento en el palacio.- dijo el rey.


La reina miró al rey de mala gana igual que su hijo menor, me quedé asombrada con lo que me ofreció el rey.


-¡No no y no, ella no se  puede quedar aquí dios sabrá qué brujería nos hará!- gritó la reina.

-Eh corrección no soy una bruja sino una hechicera. De todos modos, lo siento mi rey, pero no puedo permitirme quedarme aquí con vos, gracias por la oferta pero la rechazaré, cuando me necesiten para la batalla y ahora si me disculpa me retiro- me despedí haciendo una reverencia y me di la vuelta.

-Menos mal que sabe cuál es su lugar -susurró la reina a su hijo menor, se creía que no le había oído. 

 En lo que me iba marchando el rey me gritó:

-¡Alto! No es una propuesta es una orden.- ordenó el rey.

-¡Qué! ¡Ella no se puede quedar!- gritó la reina, el rey la mandó a callar y se sentó enfadada.


El hijo mayor del rey le ordenó a la doncella que me acompañase a mi nuevo cuarto y me diese ropa nueva. Pasaron las semanas y a cinco días de la batalla me llamaron para contarme el plan. 

  Fuimos a la batalla y gracias a mí acabaron ganando y recuperaron sus tierras. 

Volvimos al palacio, como me lo suponía ellos no me iban a dar la recompensa que prometieron. Luché con ellos y ellos me traicionaron, saquearon mi casa y se llevaron todo yo sabía que eso fue idea de la reina ya que a ella nunca le gustó la idea de que yo le ayudará, pero el hijo mayor de la reina se enteró de todo y se lo dijo al rey, al final me acabaron pagando todo y dando una recompensa mejor de la que yo había pedido. El hijo mayor del rey y yo nos enamoramos. Llevamos casados tres años y tenemos dos hijos: Loris y Fernando. 



Afaf Azani


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